Encuentro Travieso Bajo Tierra Del Fuego

Marco registrado bajo el Nº ,suscripto entre el Ministerio de. Educación de ón, Profesor Alberto SILEONI, y la Provincia de Tierra del Fuego, ED/ del registro de esta Gobernaci ón; y 2 «Barquito Travieso». El Presidente Ejecutivo del IIDH-América, Juan Antonio Travieso junto a El encuentro tuvo lugar en la Academia Nacional de Medicina en la Ciudad de 15 de mayo de bajo la coordinación de Margarita Bosch, presidente del EL IIDH-AMÉRICA EN LA PROVINCIA DE TIERRA DEL FUEGO. Serie del Fuego Sarah Lark. Tras esta conversación, Franz iba a interrumpir su estancia en esa tierra —Rio y en sus ojos había un brillo travieso—. La esposa de un reverendo debía tener un aspecto digno, esconder el cabello bajo una. Un trofeo que multiplica el recuerdo de viejas competencias, y bajo el Pero los niños traviesos, y los no tan niños, descolgaron el badajo y la cosa se Nº 2, los encuentro en libro “Tierra del Fuego” de Rae Natalie Prosser. la clasificación los de la Tierra del Fuego en proceso de extinción, nos narraron .. Pedro andaba a pie y no sabía cómo hacer pa encontrar un caballo. Taba a la orilla . Y se bajó el hombre y le empezó ayudar hacer fuerza. Y le dice Había una vez un hombre llamado Quevedo, muy picaro, muy travieso. Una vez fue. 26 de Enero de Visita fugaz al Parque Nacional Tierra del Fuego El tráfico en la RN3 es sorprendentemente bajo, lo cual se agradece. Desde el Toda esta confusión no nos distrae de nuestras intenciones: nos .. A la orilla del lago, con un sol radiante, y un viento travieso, disfrutamos de una deliciosa comida.

Pero el muchacho insistió. Al otro día fue a visitarlo. Le dijo que comiera un pe- dazo para que viera lo buena que estaba. El joven probó la carne y le gustó. Y empezaron a matar a mucha gente. Cerca de ahí, una ballena se había enterado de la matan- za. Hizo como un cerco para que- darse a dormir toda la noche. El encuentro travieso bajo tierra del fuego no escuchó las palabras de su tía, y en la mañana siguiente empezó a alistarse para salir en busca de la ballena.

Cuando llegó con Jalkchach, tiró la lanza contra él, pero no pudo matarla. La ballena, al despertar, persiguió al mu- chacho encuentro travieso bajo tierra del fuego al sur, y el muchacho se quitó el adorno de plumas que llevaba. Lo puso en el agua para que no pasara la ballena.

Cuando ya venía muy cerca, se quitó el brazalete, y tam- bién puso su arco y flecha y su lanza, y también a su perro y todo lo que tenía encima.

Tierra del fuego: Fuego, corazón de la isla (capítulo completo) - Canal Encuentro


La ballena venía muy cerca para tragarse al joven; él pidió ayuda a su B-El venado Antes ahí nada había: no estaba el río Hardy; no estaba el rancho de La Puerta ni el poblado Durango; no estaba la colonia Zacatecas; no había mexicanos ni gringos, puros indios.

Antes había muchos gigantes. Esos gigantes vivían al sur. El sobrino de la señora era un muchacho muy travieso, testarudo; le gustaba recorrer la sierra. Él no tenía miedo a nada.

El muchacho tenía un perro al que quería mucho y que era su compañero. El perro era pinto, muy bonito. A este monstruo los paisa- nos viejos le tenían mucho miedo. Desde que era chiquito, el chamaco sabía que él iba a matar al monstruo.

Un día, cuando amaneció, el chamaco dijo a su tía que tenía ganas de ir a matar al monstruo y que iría. La tía pri- mero se asustó mucho, pero luego se enojó y le dijo que no tenía su permiso porque el monstruo se lo tragaría. El chamaco no le hizo caso; dijo que él con su arpón mataría al monstruo.

Como no quería ir solo, dijo que lleva- ría a su perro pinto. La tía seguía enojada y lo regañó, pero el chamaco res- pondió que se iría a dormir porque pensaba levantarse muy temprano, con la aurora, de madrugada.

Después de correr muchas millas, el muchacho y el perro llegaron al escondrijo de la bestia. De pron- to, acabó el camino y la carretera se terminó. Ahí estaba el animal; era un monstruo muy feo, muy gran- de, negro, lleno de espuma. El monstruo estaba dormido boca arriba. El chamaco travieso contempló al monstruo, que estaba acostado con sus dos huevotes de fuera: un huevote colorado de este lado, un huevote azul de aquel lado.

El animal resollaba como roncando. Toda la región temblaba con sus resuellos. El chamaco travieso no tuvo miedo. Agarró de nuevo su arpón y cautelosamente se acercó a la fiera dormida.

El monstruo, gimiendo, se despertó y se levantó. Fue entonces cuando el muchacho travieso tuvo mu- cho miedo. El monstruo lo vio lleno de rabia, envuelto en sus espu- mas, y en aquellas aguas turbulentas, rojas y azules.

El monstruo se levantó mientras que el agua no dejaba de brotar. Luego se supo que el chamaco y el perro se vinieron por el mismo camino corre y corre, milla tras milla.

El animal, encuentro travieso bajo tierra del fuego sus turbulencias, los venía siguiendo, se los quería comer. El chamaco y el perro venían corriendo por el camino, y al voltear a ver si los seguía el monstruo, se dieron cuenta que pronto serían alcanzados. Entonces, el muchacho tra- vieso se paró y de un golpe clavó su arpón en la tierra. El que quiera verlo, que vaya. El monstruo se detuvo un poco por el arpón, pero como estaba muy enojado siguió adelante, tras el chamaco y el perro.

Quería tragarse al muchacho que le había roto los escrotos. El chamaco y el perro seguían corriendo; querían llegar a la casa de su tía. Corrían sin parar, millas y millas. El plu- mero lo dejó en el camino para que detuviera las aguas tur- B-El venado El monstruo se detuvo con el plumero, las aguas tam- bién.

Ellos llevaban ventaja; él venía en sus aguas turbulentas. El muchacho venía jadeante; deseaba llegar a su casa, a la casa de su tía. Ahí vivían los indios. Antes los indios eran gigantes. Todo aquello era muy grande. Después de correr muchas millas, cuando ya venían muy cansados, el chamaco se dio cuenta que el animal los venía alcanzando y que se los tragaría.

Luego se echó sobre el sendero. Entonces, agonizó y se atravesó en el cami- no para detener al agua turbulenta y al monstruo. Fue ahí donde murió el perro pinto del muchacho travieso. Murió echado sobre el camino. Desde lejos se contempla. Ahora es una sierra, la sierra de Las Pintas. El chamaco aprovechó que el perro detuvo un poco al agua turbulenta y al monstruo.

El monstruo pasó sobre el cuerpo del perro pinto. Venía muy enojado, B-El venado Cuando ya estaba alcanzando al muchacho tra- vieso, éste se paró y de un golpe extendió a lo largo del camino su arco.

El arco detuvo un poco al agua turbulenta y al monstruo. Cuando el animal casi alcanzaba al encuentro travieso bajo tierra del fuego, éste clavó su flecha sobre el camino. La flecha detuvo al monstruo y al encuentro travieso bajo tierra del fuego turbulenta. La flecha logró detener nuevamente al monstruo, pero éste pasó sobre ella. Corrió sobre sus laderas; quería llegar a la casa de su tía.

Venía llorando, pidiendo perdón a su tía. Ya para este tiempo el muchacho travieso no tenía fuerzas. Su cuerpo estaba muy cansado por la carrera y el miedo. El plumero ya no estaba en su cabeza y el pelo suelto se enmarañaba en la ladera. También se dio cuenta de que el muchacho no traía su arpón. La tía se dio cuenta encuentro travieso bajo tierra del fuego que el muchacho no podía hablar, que había tropezado, que el perro pinto había muerto, que ya no tenía flecha, arco, pluma ni arpón.

El monstruo era muy grande y muy feo; era acuoso, bufaba, tenía dos huevotes rotos y su escroto se arrastraba por la tierra. La tía se enojó mucho y gritó insultando al animal. Esta- ba también muy enojada y no le tuvo miedo al monstruo.

Con su mano tomó de su oreja derecha una bolita de cerilla, que se hizo una piedra muy dura. Pronto la aventó al mons- truo y le dio en la nariz. El animal gimió y se detuvo; venía envuelto en turbulencias de agua salada, pero no murió; quiso tragarse a la tía del chamaco travieso. Fue entonces cuando la mujer sacó de su oreja izquierda otra bola de cerilla, que se hizo una piedra muy dura. Pron- to la aventó al monstruo y le dio en el entrecejo. El animal dio un alarido al sentirse herido de muerte.

Fue entonces cuando el animal se detuvo, se revolcaba; el agua turbulenta revolvía todo. Ahí estaba en un charco de B-El venado Pero ahí que- dó la huella de su agonía. El que quiera, puede ir a verla. El monstruo agonizante se regresó, iba boqueando, encuentro travieso bajo tierra del fuego quería ir a donde nació; tomó el rumbo por donde sale el sol.

Iba gimiendo, envuelto en turbulencias de agua salada, azul y roja, abriendo la tierra. Agonizando, el animal se fue al mar y se metió ahí, en la propia agua salada y azul salida de su escroto. Luego dicen que fue un dios. Después todo quedó lleno de agua. Dio orden a las hormigas de que secaran la tierra. La secada de la tierra es una historia muy bonita y larga, es historia de gente, no es cuento.

Las hormigas secaron la tierra. Dios dijo que trajeran semillas para sembrar. Luego hubo animales. Ellos se peleaban mucho. Todos mataban al pescado. Cuando no había siem- bra, todos mataban al pescado. El zopilote, que es un animal muy apestoso, no mató al pescado; él venía y limpiaba. Apestaba mucho, pero venía y limpiaba. El cuervo sembró sandía, calabaza, maíz; era muy traba- jador. Esto fue cosa de gen- te, no es cuento.

Fue así que quedó todo aquello. Kelly Citado con permiso de la Universidad de Arizona. El título es agregado nuestro; no aparece en la fuente.

Cuando el padre de Miabkiak se dio cuenta de lo que había hecho su propio hijo, se enojó mucho, encuentro travieso bajo tierra del fuego no le dijo nada; se puso de pie y salió al monte a tejer unas sandalias de fibra vegetal mezcal que al po- nérselas marcaban encuentro travieso bajo tierra del fuego huellas en sentido contrario al que se dirigía.

Así pues, el padre empezó a caminar y caminar. Pero sólo había una huella y ésta se dirigía a la casa; sin embargo, su padre no se encontraba adentro. Así transcurrieron algunas horas, tratando de descifrar lo B-El venado Siempre tuvo muchos enemigos.

El principal de ellos era el Chalai Diablo y sus seguidores, que a menudo lo golpeaban y despedazaban, y éste volvía a revivir porque en ese entonces nadie se moría. Cuando él estu- viera en ese lugar, los seguiría vigilando y posteriormente se reunirían todos.

Miabkiak decidió partir al cielo, pero antes de irse le dio un don a cada ani- mal. A los animales, de pura tristeza se les olvidó su idioma y dejaron de hablar, Coyote se la pasaba en el monte, aullando y gritando, por- que él fue el que propuso que Miabkiak se fuera. Las hijas del Tecolote? Voy a contar un cuento. Dicen que son las Cabrillas Pleiades. Cuando andaban en esta tierra eran muchachas muy bonitas.

Tierra del fuego: Agua, la útima frontera (capítulo completo) - Canal Encuentro


El Coyote andaba joven y no dejaba de vacilar con ellas. Como era muchacho el Coyote, no se despegaba de ellas. Ellas se enfadaron con él y, a escondidas, subieron para el cielo. Le dio vuelta a todo el mundo pero no las encontró en ninguna parte. Las mu- chachas estaban arriba, viéndolo y riéndose. No sabía por dónde había salido ese grito. Quedó parado viendo; miró para todos lados. Le pegaron otro grito. Entonces las vio que estaban arriba, las divisó que estaban en el cielo.

Le tiraron un cinto de arriba para encuentro travieso bajo tierra del fuego subiera. El Coyote agarró el cinto y ahí va, ahí va, ahí va.

Después de muchos días, cuando iba llegando, las muchachas alzaron las na- guas. Ahí venía, venía y venía; ya venía seco cuando cayó al suelo. Se le des- barataron todos los huesos. Tenía una sola nana abuelita en este mundo. Ella lo andaba buscando. Se metía por dondequiera encuentro travieso bajo tierra del fuego no lo en- contraba en ninguna parte. En una de ésas, tropezó con los huesos.

Ya que encuentro travieso bajo tierra del fuego los huesos, se puso a llorar. Los anduvo juntando, juntando. Los llevó y los molió. Hizo bolitas y los echó en una olla de barro.

Llorando, cuatro noches pasó llorando. A las cuatro noches, en la madrugada, oyó que muchos Coyotes aullaban al aire.

Fue y destapó la olla. Era un solo Coyote y se murió. Por eso el Coyote se multiplicó. Pues ahora todo el mundo se llenó de Coyotes. El Coyote se multiplicó por los huesos, y ahora hay por don- dequiera.

Antes era un solo Coyote, y ahora hay dondequie- ra. Si no fuera así, no hubiéramos conocido a los Coyotes, todos los de este mundo. Aquí se acaba este cuento.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado. El dragón3 Jalkutat xalkutat-xalktat 4 Dicen que antes habitaba un animal aquí. Estuvo aquí por muchos años. Nadie se acercaba por aquí por miedo del animal. Pero un día vino uno expresamente con agresión a matarlo. La gente vivía en el lugar que le dicen San Pablo.

Ahí habitaban, pues. Un día de invierno, estaba soplando norte, salió de San Pablo a matar el animal. Había los que no querían que se arrimara. Pero dicen que el hombre tenía buena puntería y dicen que era ligero, se confiaba de sí mismo que era bue- no y ligero. Estaba arriba de una piedra tomando sol. Dicen que era un animal muy grande y parecía gente a la vez, dicen también.

Como cargaba arco, atizó para calentar el pedernal. Ya que estuvo caliente, se puso colorado. Lo metió a la jara. Le metió el jarazo. En el puro bueno. Como era ligero, cuando cayó el Dragónal instante arrancó. Pues agarró para el sur. A cierta distancia volteó, divisó como una llamarada que agarró para este rumbo.

Era la lengua del animal. Agarró la llamarada lamiendo para este rumbo al noreste. Tiró para el este; no lo alcanzó; no lo alcanzó tampoco. Casi lo alcanzó. Falta- ba poquito. Ahí dio vuelta la llamarada. Ahí quedó dando vuelta la lengua. Así se escapó el hombre. Aquí habitamos. Hoy en día se llama Jaktvxol agua que retumba.

Antes se llamaba así. Por muy peligroso. Vino una persona de lejana tierra el fraile. Dicen que ése los maltrataba muchísimo a los indios, esa persona de lejana tierra, ese desconocido. Na- die sabe cómo se llamaba ese animal. Ni ellos mismos saben conocen que era ese animal horrible que se encontraba aquí. Se tragaba a la gente o a cualquier animal; pero cuan- do el hombre ese lo matóya vino la gente a habitar aquí.

Ese animal dicen que se llamaba Jalkutat. Referencias [1] Tomado de Eriberto Rengland El título es agre- gado nuestro; no aparece en la fuente. Los animales no estaban, en el cielo los rayos no tronaban, el sol no ca- lentaba, no había luna que marcara el paso del tiempo y de la vida.

encuentro travieso bajo tierra del fuego

Sin saberse dónde tenía su casa, sin conocerse su cara y sus habilidades en la noche, porque aquí todo era una sola oscuridad, cargando su gran bastón llegó Meltí?

Y así fue como estuvo hablando este señor. Fue tanto lo que aulló, que poco a poco se fue quedando sin voz. Como todo aquello era oscuridad, tinieblas, noche, Meltí? Y estaba solo en aquella oscuridad; por eso el señor pa- dre empezó a sentir la necesidad de compartir con alguien su luz, y se la dio a la negrura.

En la noche, porque era una sola noche, Meltí? La deidad Coyote-Gente-Luna se sintió muy triste, muy afligido. Porque temía enfermarse de soledad, decidió que sería bueno hacer cosas, hacer objetos; por esta determina- ción Meltí? Fue al ombligo sureño, de donde tomó un buche de agua dulce y salpicó con ella hacia el sur, por lo que toda esa región encuentro travieso bajo tierra del fuego pintó de amarillo.

Le gustó tanto como iba quedando aquello, que tomó otro buche de agua; pero como estaba tan entusiasmado, llenó su gran boca de tal manera que cuando la esparció al oeste la región se inundó y se formó un gran mar, un mar profundo y picado que resultó muy nocivo para los kiliwa; por eso toda la región del gran mar quedó teñida de negro.

Después de reflexionar en el lugar cóncavo y amarillo del sur, decidió volver a la oscuridad. Con gran cautela fue al ombligo sureño y tomó un buchito de agua fresca y dulce, y lo derramó rumbo al este, haciéndose así un marecito. Como este marecito no fue nefasto, quedó reconocido como cosa buena y se tiñó de blanco. Fue así como la deidad Coyote-Gente-Luna hizo los rum- bos del universo, y con su luz los pintó de acuerdo a lo que B-El venado Esta obra no terminó aquí, porque Meltí?

Pensando cómo corregir este desfondamiento, se puso a cantar canciones relativas a su vieja casa. Primero tenía que reconocer un centro-ombligo de arriba, así como un centro-ombligo de abajo.

Como los terrones de polvo quedaron endurecidos, la tierra se pintó de amate. Entonces, y aunque el mundo seguía desfondado, Meltí? Aquel mundo teñido tenía encuentro travieso bajo tierra del fuego tener un nombre, y lo llamó? También le puso nombre a cada color, pero como el mundo seguía desfondado tenía que imagi- narse las otras latitudes.

También tenía una pipa sagrada de madera y barro; era la pipa del señor humo. Trituró las hojas de tabaco seco y las encendió con su pedernal, y se puso a descansar disfrutan- do aquel colorido. Se dio cuenta de que podía seguir ha- ciendo cosas y fumando, así que decidió crear algo nuevo en cada fumada.

Para empezar, había dado a conocer el humo. Fue así como se hicieron, con el humo de la pipa del señor padre, todos los senderos, las veredas, los caminos de la tie- rra y del cielo. Cuando despertó y vio su obra, se puso muy contento y sintió ganas de cantar, pero no tenía compañía. Sacando de sus pulmones un gran aire, infló aquella bolsa de cuero en tal forma que pudo meterse dentro de ella. Fumando y cantando, Meltí? Como todo estaba desfondado, el cielo fue hecho cóncavo, como recuerdo de su antigua casa amarilla, y porque tam- bién era necesario que no saliese el aire, ni el agua, ni el color, ni la luz.

Como el agua de los mares y las tinturas cubrían todo el territorio que el padre iluminaba, pensó que sería bueno hacer las montañas. Fue así como en cuatro fumadas cons- truyó cuatro montañas. Después de hacer esto, quedó muy preocupado porque ya era mucho lo que había hecho. Pensó que debía conocer- se su trabajo y que para esto era indispensable que su obra tuviera un nombre.

Hizo el recorrido siguiendo las veredas que había cons- truido el humo de su pipa, y en su caminata encontró que las montañas no tenían nombre, por lo que fue necesario ponérselos. Fue así como a las cuatro montañas del mundo Meltí? Los mares se llaman xa? Las montañas quedaron entre los mares, limitadas por las tinturas.

Fue entonces cuando se dio cuenta Meltí? Como no había otra forma de evitarlo, para cubrir el cie- lo desfondado tuvo que quitarse el cuero cabelludo y exten- derlo en la concavidad.

Pero entonces quedó el encuentro travieso bajo tierra del fuego de abajo sin apoyo; fue entonces cuando procedió a quitarse el cuero de su cuerpo, quedando entonces detenida la tierra y el cielo dentro de una gran bolsa de cuero rojo.

En la misma colección

Como Meltí? Así tenemos que Meltí? Y ya estamos viendo a Meltí? Su cuerpo estaba rayado en la parte superior con franjas azules y en la inferior con franjas cafés. El séptimo color fue el verde, con el que pintó la parte izquierda de su cara, mientras que la otra tenía el color rojo y blanco.

Ya protegido en esta forma, Meltí? De sus extremida- des inferiores, de sus pantorrillas, formó cuatro Borregos Cimarrones, dos de cada pantorrilla y uno para cada tierra. Sus cornamentas detienen el cielo. También se dio cuenta el Creador que el Borrego Cima- rrón estaba solo y que debía tener compañía. Dando gran- des fumadas a su gran pipa de madera y arcilla, decidió darles compañía a los Borregos Cimarrones que vigilaban las cuatro cunas; pero la deidad Coyote-Gente-Luna no sa- bía cómo hacerlo.

Construi- dos los hornos, uno para cada montaña, uno para cada Bo- rrego Cimarrón, pensó en hacer un animal para cada montaña, para que acompañara al Borrego Cimarrón. Quedó tan desilusionado, que reprendió a los cuatro Borregos y al Venado, al Pez, a la Codorniz y al Gato, por su falta de com- pañerismo.

Fue al sur Meltí? Cuando todos los animales estuvieron en las montañas, Meltí? Y estaba ya muy sa- tisfecho, cuando nuevamente se dio cuenta de que había fra- casado: los animales no congeniaron entre sí, ni con los cuatro B-El venado Y ahí estaba Meltí?

Y así estuvo pensando, llorando y can- tando este gran padre; pero no podía encontrar la solución. Entonces el Topo supo cómo hacer su trabajo. El Topo era Meltí? Cuando el mundo estuvo protegido, Meltí? Pero los primos no estuvieron tranquilos y siguieron tenien- do disputas. Entonces, Meltí? En la sierra, la deidad Coyote-Gente-Luna levantó un nuevo horno. Con el barro rojo traído del paso del Valle de San Matías, hizo cuatro muñecos, uno para cada montaña- cuna.

Los cuatro muñecos eran de arcilla roja que había sido amasada con productos de sus genitales. Los cuatro muñecos, que eran gigantescos, fueron metidos en un gran horno; pero como no cabían, Meltí? En ella metió a los cuatro muñecos, y luego incendió la montaña. A las trece lunas, los hombres salieron de aquella caverna. Hice las cuatro cunas, a los Borregos Cimarrones, al Venado, al Pez, a la Codorniz y al Gato, todos ellos son mis primos; y luego hice desde el Topo hasta la Cigarra.

Ahora los hice a ustedes. Los cuatro hombres fueron a sus cuatro cunas. Estos hombres luego serían los padres o antecesores comunes de los kiliwa. Cuando los hombres estaban ya en sus cuatro cunas, Encuentro travieso bajo tierra del fuego A cada uno le dio una B-El venado Cada uno de estos hijos serviría para algo especial; cada uno de estos hijos del Creador tendría el rumbo y el color que le correspondía.

Luego, cada uno fue a una montaña. Pero los Cuatro Padres no congeniaron con los Borregos Cimarrones, por lo que había constantes pleitos entre ellos. Cuando supo de estas uniones, Meltí?

Fue luego a cada montaña-cuna, con cada uno de los hombres, y les enseñó la lengua kiliwa. Cuando Meltí? Al hijo Cuervo le dio sus sandalias y le mandó recorrer el territorio. Terminado este trabajo, el Creador puso a cada hijo en su propia montaña-cuna y luego les ordenó reunirse a con- versar. Fue así como la deidad Coyote-Gente-Luna se con- virtió en padre, y fue así como en las conversaciones enseñó muchos secretos a sus hijos y nietos. Desde ese momento, la Tierra dejó de ser oscura para estar permanentemente iluminada.

Pero resultó que por el esfuerzo que había hecho la deidad Coyote-Gente-Luna se enfermó, y viendo que su fin se acer- caba y que pronto moriría, este gran señor edificó su casa, una residencia que era la copia en pequeño del mundo.

Una vez construida su casa, se acostó sobre unas ramas para descansar, pero pronto se dio cuenta de que empeora- ba. A fin de cuentas, Meltí? Anduvo por muchas partes, buscando quien le cantara las cuatro canciones de la muerte; pero no encontró a na- die. Se molestó tanto de no encontrar a nadie, que dijo: B-El venado En eso estaba pensando cuando pasó por ahí el Cuervo.

El Cuervo fue a su casa y recogió su color; luego lo metió en una bolsa de cuero rojo y con ella hizo un paquete. Y Meltí? Fue en- tonces cuando se dieron cuenta los hijos de la deidad de que también la noche era buena para el mundo y que estar sin ella era un castigo. Desesperado, con sus garras le dio un jalón al paquete y le abrió un boquete. Asustado, el Coyote corrió a buscar al Zorro y le dijo lo que había encuentro travieso bajo tierra del fuego.

El León se preocupó mucho porque Meltí? Lo fue a buscar, y lo encontró tirado en su camastro. Frente al gran señor, el León le pidió consejo para volver a la normalidad de la luz y de la noche en el mundo. Le dijo que los hombres deseaban pedir perdón por no saber las canciones de la muerte, pero que no era su culpa, porque el propio Meltí? Al fin, Meltí? Le ordenó que a cada flecha ama- rrara una pluma y que las tirara con el arco rumbo a cada color del universo.

Primero cantó uno, luego el otro, y así hasta el hijo cuatro. Así Meltí? Desde ese momento hubo Luna Nueva, y por esto, desde ese instante se empezó a contar el tiempo.

Desde esa fecha el cielo se identifica como la casa donde vive el muerto. La creación II 3 Cuando el mundo fue creado no existía nada. No había montañas. Sólo reinaba la oscuridad, como en la noche. Vivía en plena oscu- ridad. Ya era de día y los mares habían crecido. Me- ditó un poco y decidió desollarse para hacer el cielo con su piel.

Las cuatro montañas tomaron el nombre de los encuentro travieso bajo tierra del fuego he- chiceros montañeses y fueron colocadas en los espacios que dividían los cuatro mares.

Luego puso un Borrego Cimarrón en cada montaña todavía esta- ban juntas. El kiliwa encuentro travieso bajo tierra del fuego que no recordaba en qué dirección señalaba cada color. Primero trató de sacarlo de su codo, pero no pudo. Luego intentó formarlo de su muslo, pero tampoco tuvo éxito. Por fin logró hacerlo de su boca, porque la boca es caliente y cuando hace frío echa humo.

Luego hizo un Co- yote, un Perro, seres humanos, prendas de vestir; hizo todo. Se hallaba postrado en una cama de yerbas: hizo otro lecho de rama santa, pero nada le aliviaba, hasta que murió. Las personas a su alrededor lloraron durante tres noches seguidas.

Pero nada de esto ayu- daba a levantar el cuerpo, hasta que a uno de los hombres se le ocurrió otra manera de intentarlo.

Se llamaba Seman, y comenzó a cantar con la esperanza de que los vientos que lo oían lo ayudasen en la tarea. Por fin, el individuo juntó todos los vientos. El hombre era un Pajari- to pequeño, muy pequeño, de cola larga, y que formaba un nido colgante muy bonito. Su canto era chi, chi, chi, chi. Ésta es la razón de que la gente muera.

Coyote-Gente-Luna4 Y así fue como estuvo hablando este señor. Habló mucho Meltí?

26 de Enero de Visita fugaz al Parque Nacional Tierra del Fuego El tráfico en la RN3 es sorprendentemente bajo, lo cual se agradece. Desde el Toda esta confusión no nos distrae de nuestras intenciones: nos .. A la orilla del lago, con un sol radiante, y un viento travieso, disfrutamos de una deliciosa comida. Carlos Córdoba, Secretario General de ATE Tierra del Fuego, fue procesado y embargado por 3 millones de pesos en la causa que investiga.

Fue tanto lo que aulló platicóque poco a poco se fue quedando sin voz. La guerra entre los dioses5 Aquí estaban un viejo y su hija. Una noche un hombre lla- mado Pokipa ipai u vino y se casó con ella, lo cual puso contento al padre, puesto que finalmente había conseguido un yerno. En esa época la gente no sabía lo que era un arco, lo que eran las ollas o las redes de fibra de mezcal.

Pokipai hizo que toda la gente aprendiera cómo elaborar estos objetos y cómo cazar conejos valiéndose de un círculo de fuego; cómo quitarle la piel a un conejo con sólo jalarla del cuerpo para hacer después una gran encuentro travieso bajo tierra del fuego. El yerno de este señor tam- bién le enseñó a la gente cómo hacer el jamsip, el wajeal, el ñiwey, y cómo hablar con los muertos.

Su mujer estaba embarazada y el día que tenía que dar a luz no pudo hacerlo. Se puso entonces a cantar y a cantar, y cuando terminó de cantar la mujer dio a luz.

Su hijo era Maikwiak. Una mañana el muchacho empezó a jugar en donde el sol estaba saliendo. Cuando trató de agarrar el hombro del padre, entonces empezó a salir mucha sangre de su boca. Dios en el cielo también llamado Maikwiak mató al niño, porque pensó que sólo debería de haber un Dios. Pokipai supo que ésos eran los dioses Maikwiak. Entonces, el hombre se levantó. Tenía algunas flechas; disparó una hacia el cielo. Una de las plumas de la flecha se le enterró en su dedo, quedando sólo una en la flecha.

Ellos quemaron al niño. Todo su pelo el cual era largo se quemó. Cinco o seis días después, la flecha cayó y pegó en la tierra, haciendo un ruido como cuando tiran un guija- rro contra un cuero sin curtir. Y se escuchó en las cuatro partes de la Tierra. Solamente el hombre vio todo esto. El hombre Pokipai fue junto con su esposa, vagando por ahí. Él pensó en hacer un wajeal fiesta. Él estaba jun- tando muchas cosas: comida, ropa y todo.

Cuando una persona muere, tres años después se hace un wajeal. Hay muchas canciones del hombre, por medio de las cuales él hacía todo. Yo no me las sé. Él fue a pescar. Él no pudo pescar nada.

Los pescados le temían al hombre. Por lo tanto, él había juntado muchas cosas. Él can- tó otra canción. Man- daron a un hombre. Él vio donde se había hecho un pozo para agua, pero no vio huellas. Después hubo una pequeña B-El venado En la tarde, él arribó a la fiesta. Estaba a una legua del campo donde se estaba llevando a cabo la fiesta, y se convirtió en viento y llegó a la fiesta como un viento.

Era un hombre gran- de. Y traía una cosa pequeña en su mano. Era un pachugo. Al fin, él encontró al niño. El muerto tiene una cami- sa. Es verdad lo que el hechicero dice. Luego Pokipai siguió pensando. El humo fue alrededor de ella hasta que entró en la casa de Maikwiak en el cielo. El humo entró a la casa de Maikwiak al lugar opuesto, al centro de la fila de los muertos.

Los muertos se sentaban en ese lado, y había una especie de vidrio en el otro lado por el cual se podía ver todo a través de él. El humo hizo un sendero hacia la casa de Dios. Pokipai puso el humo ahí, para que las cosas en la casa pudieran ser iluminadas y vistas. Faltan varios detalles de la historia, especialmente lo que se dice en las canciones, pero no puedo explicar bien y también se me olvidan algu- nos. Luego todo se podía ver bien. Te vas a alistar.

Él el niño muerto bajó por el camino, el cual estaba hecho de varias cosas. Ahí se le podía ver ir bajando. Encuentro travieso bajo tierra del fuego a una colina llamada Mejé u wey al este. Todos lo po- dían ver adentro. La comida se pone en peque- ños tazones de barro para comer, ya que la comida se da a todas las personas que vienen.

Humo verde. Yo lo tomo. Yo fumo. Yo echo humo. Es mi derecho. Éstas son las palabras de Maikwiak, no como las de Kiliwa. Todas las canciones son en estas otras len- guas. La canción terminó, el niño ya no estaba ahí, él des- apareció.

Ahí estuvieron, llorando, varios días. Tan pronto que todo la fiesta terminó, Pokipai, en la mañana, antes de que la estrella de la mañana ascendiera, cantó para que los muer- tos se fueran.

La multitud encuentro travieso bajo tierra del fuego gente que estaba ahí se fue. Cuando todos se habían ido, él entró a su casa. Él agarró cada uno de los postes que estaban adentro de la casa y los B-El venado Así pues, empezó a cantar. Una canción muy larga: cómo él había hecho todo y cómo él se iba a ir: todo en las palabras de Dios.

Entonces se fue volando, con esposa, casa y todo. Se fue al oeste. Se fue muy lejos. Traducción de la prime- ra parte por Garduño Traducción de la segunda parte por Gabriel Huerta Ray. Era igual que Sipakomat, pero había tomado otra forma. La gran serpiente había digerido todo el conocimiento. No sabían bailar ni decir discursos. Así es que resolvieron mandarlo por Maija awi, y pedirle que les enseñara las danzas.

Otro monstruo marino, Jamilkotat, se iba a tragar a quien tratara de ir a donde se encontraba Maija awi. Así es que los seres humanos dijeron que la persona que iría debía conver- tirse en burbuja. Así es como se convirtió en burbuja el hombre que había hablado.

De todas maneras, el monstruo marino lo devoró. Cuando se encontró dentro de él, primero fue al norte, pero no pudo encontrar la salida.

Luego fue al sur, al este y al oeste, pero no encontró cómo salir. Luego apuntó su mano encuentro travieso bajo tierra del fuego el norte; era un poderoso hechicero o kusiyae, y tomó una piedra azul.

La rompió para sacarle filo, luego le hizo un hoyo al monstruo y por allí huyó. Después de seguir su viaje, encontró a Maija awi en donde vivía. La serpiente B-El venado El hombre entró por ahí. Así es que el hombre regresó. El monstruo venía tras él de montaña en montaña. En su trayecto iba dejando una línea blanca. Los seres humanos de Wi kami lo estaban esperando, así es que limpiaron un pedazo de tierra.

Se dirigió al Wa kerok. Primero metió su cabeza, luego jaló su cuerpo. Se co- menzó a enrollar y enrollar y parecía no tener final. Después de haberse enrollado por mucho tiempo, los se- res humanos se mostraron temerosos debido a su gran ta- maño. Así es que arrojaron fuego al techo de la casa y lo quemaron. Cuando la lumbre le llegó, estalló. Todo el cono- cimiento salió volando de él.

Se esparció por todos lados; a cada tribu le tocó algo. Por eso es que una tribu conoce la canción del gato montés kuñemih y otra el Wa kerok y una tercera sabe el peón; algunos aprendieron a ser hechiceros o curanderos, o bien oradores, pero no muchos. La cabeza de Maija awi se quemó hasta convertirse en cenizas; el resto de su cuerpo se regresó al oeste.

No llegó muy lejos. En el río Colorado existe una cordillera rocosa blanca. Ése es su cuerpo. Un cerro negro cercano es su ca- beza. Los seres humanos van a la piedra blanca para hacer puntas de lanza.

Después de que la casa se quemó, los seres humanos no quedaron satisfechos; así es que se distribuyeron en todas direcciones. En donde pi- B-El venado En todas las cuevas de pie- dra es donde bajaron sus cargas y descansaron.

La creación2 Al principio no había tierra, sólo agua por todos lados, pero bajo el agua había una cueva en la que vivían dos hermanos.

El Mayor tenía un tejón, y el Menor una avecilla. Cuan- do llegó arriba, abrió los ojos y vio que todo era negro. Porque mintió él, mienten los seres humanos; es el principio de la falta de honradez en la Humanidad.

Cuando el Hermano Menor subió a la superficie llevan- do su avecilla, se había quedado ciego, porque llevó abiertos los ojos. Después de estar un rato en la superficie de las encuentro travieso bajo tierra del fuego, el Hermano Mayor cambió su tejón por la avecilla del otro y le dijo que era hora de regresar a su cueva.

Él causa los temblores.

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No tiene nombre, pero el Hermano Mayor, quien creó todo, se llama Teipakomat. Éste formó primero la Tierra, ordenan- do a las hormigas que hicieran un montículo como los que todavía hacen en la actualidad, y los insectos fueron amon- tonando el barro que extraían del fondo del mar hasta for- mar un montículo que sobresalía de las aguas.

Éste fue el monte Wikami, situado en las tierras de los Mojaves, al oes- te del río Colorado, y aquélla fue la primera Tierra. Luego Teipakomat quiso luz, para lo cual cogió un puña- do de tierra amarilla, la comprimió hasta hacer una pelota y la tiró al cielo, donde se quedó convirtiéndose en la Luna.

Después for- mó todos los animales, luego con tierra formó al ser hu- mano. Al principio todos los hombres hablaron el mismo idioma. Entonces, Teipakomat cayó enfermo y nadie lo podía curar; pero los animales lo cuidaban, un animal distinto cada mes.

Aquélla fue la primera cremación, y fue hecha en el lado este del río Colorado. En todo el camino, donde fue cayendo sangre del corazón, dejó manchas rojas en las piedras. Poco tiempo después, la gente, que entonces no sabía hacer mucho, decidió hacer algo.

Enviaron al men- sajero, quien se fue por el río en una burbuja de agua y así llegó a Halkwitat, donde las montañas lindaban con el río, al norte de Yuma. Entonces, avanzó hacia el norte y consiguió una afilada piedra azul, con la que abrió el estómago del encuentro travieso bajo tierra del fuego truo y pudo seguir su camino al sur, al hogar de Maijiyowita, al que al fin llegó y le pidió que viniera a Wikami a enseñar a la gente cómo hacer cosas.

Maijiyowita prometió, y el men- sajero volvió al norte volando por los aires. Maijiyowita era alargado; parecía ciempiés. Salió de encuentro travieso bajo tierra del fuego margen occidental del río, y por donde le iba arrastrando la cola dejaba un rastro de rayas blancas que todavía pueden verse ahí.

Cuando llegó a Wikami, la gente había construido una ramada para el wokeruk. Maijiyowita llegó bajo la ra- mada y se enrolló para descansar. La cabeza de Maijiyowita se fue rodando hasta el río y formó una isla, que todavía se halla en aquel sitio. Después de estos acontecimientos, los grupos que habla- ban distintos idiomas salieron de Wikami.

Por eso es que los otros indios son tan pobres. Un día, al regresar nada había cazado. Pero el Coyote tenía malos pensamientos: engañó al Gato, dueño de la casa, y se fue solo de cacería, encontrando un hueso en un cantilar profundo; dejó el hueso, salió del cantilar, regresó a casa del Gato Montés y lo invitó a ir por el hueso. Llevó al Gato a otro cantilar, diciéndole que se arrimara para ver el hueso El Gato, sin desconfiar, le obedeció, y el Coyote le dio un fuer- te empujón que lo mandó al fondo del cantilar.

Encuentro travieso bajo tierra del fuego lo había hecho como ahora. Cuando el Coyote vio el aviso, se alegró, se agarró de la trenza y empezó a subir. Cuando Lucero encuentro travieso bajo tierra del fuego que el Coyote había subido la mitad, cortó la trenza, cayendo éste a la tierra y empezando a aullar de tristeza, oyéndose como si fueran muchos coyotes. Éste fue el castigo que se le dio al Coyote: quedarse so- bre la tierra. Referencias [1] Tomado de Waterman Documento mecanografiado.

En una ocasión, los animales se reunie- ron para preguntarse por qué no existía la Tierra y cómo podían ellos colaborar para que esto sucediera. El Señor del Viento les dijo que necesitaba un poco de arena. Así que decidieron sumergirse hasta el fondo del mar para extraer un poco de arena y con eso lograr su deseo.

Como el mar es demasiado profundo, pasaron días, me- ses y años sin que ninguno pudiera lograrlo. Después de un mes, la caguama había llegado al fon- do, logrando obtener un puño de arena, la cual desafortu- nadamente fue perdiendo en sus esfuerzos por regresar a la superficie.

Finalmente consiguió salir; no traía mucha are- na, sólo le quedaba en sus uñas, mas con ésta fue suficiente. Así fue como pudo existir la Tierra.

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En cada uno de sus nudos había un pueblo dife- rente. En la punta del carrizo estaban los seris; enseguida B-El venado Abajo de todos estaban los mexicanos. Todos ellos miraban a través de los agujeros de los nudos del carrizo, y cuando Dios llegó del sur enviando señales de humo, todos lo vieron. El gringo fue el primero en salir a su encuentro, después el mexicano. El seri no salió a ver a Dios. Esos pueblos llevaron regalos; todos, excepto los seris, que eran muy orgullosos.

Entonces, Dios los hizo ricos a todos, a to- dos salvo a los seris. Así ha sido desde entonces. El primer seri fue una mujer llamada Primera Mujer o Mujer Pintada. Ella salió del carrizo y atravesó la Isla de Tiburón hasta un lugar en que encontró a un hombre. Se casaron y al encuentro travieso bajo tierra del fuego de un año tuvieron un hijo. Cuando ellos crecieron, se casaron y tuvieron hijos.

A pesar de ser hermanos, se casaron. Primer Hombre y Primera Mujer tuvieron un hijo, un varón. El ente se nos aparece con la presencia de una cosa que ocupa un lugar en el espacio con forma y materia. Indisolubles en su esencia, son inseparables como cuerpo y alma. No existe una sin la otra. Dicha comunión es la obra. Es la obra el medio por el que nace la presencia del artista. El artista es el origen de su obra.

La obra es el origen del artista. Ninguno es sin el otro. Sin embargo ninguno de los dos es por sí solo el sostén del otro, pues el artista y la obra son cada uno en sí y en su recíproca relación por virtud de un tercero, que es lo primordial a saber, el arte, al cual el artista y la obra deben su nombre.

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Materia que no solo es el sostén físico de la concepción, sino que es imagen por sí por la mano del artista.

En la escultura la piedra canta con otro sentido que en la cantera. Esfuerzo mediante el ser se manifiesta en ejercicio de una disciplina paciente y armoniosa de comunicación con la materia. Materia enaltecida por el trabajo del artista. Alumbramiento de una verdad merced al desocultamiento de las formas. Una Apertura al conocimiento que trasciende en la libertad y espontaneidad del sujeto estableciendo la posibilidad no solo de comprender la verdad sino también de encuentro travieso bajo tierra del fuego.

La Belleza no sería otra cosa que la fijación de la verdad mediante la forma. Estos conceptos aluden a la cosa artística como especie de sobrenatura y natura, proposición de dos partes que fuera tratada por los romanos en cuanto a la supremacía de una sobre otra y viceversa.

Spiritu Litteram Vivificat. Verdad anticipada por Aristóteles al separar natura de Techne, arte, cualidad propia de la acción humana. De la distribución y ordenamiento en los lugares del espacio de las partes de la materia. El afinamiento de la percepción, con inocencia y humildad tiene por premio la alegría del resultado; donde se advierte la cosa viviente, su pathos comunicativo y enaltecedor. El arte se explica a sí mismo.

Orgulloso resultado de convertir y entender al hombre como un creador a semejanza de Dios. Delegación de lo alto que proveyó a todo el género humano los dones y el sentido de lo incompleto. Circunstancia misteriosa e inexcrutable que enfrenta al hombre recipiendario del regalo divino con el compromiso de su destino.

De crear Belleza con la conciencia de la distancia insondable que existe entre el fulgor de la concepción y el tenue eco del resultado; con el respectivo regocijo y desasosiego. No distraerse malgastando el privilegio del talento recibido para la percepción, comprensión y reordenación de la realidad.

Poner en acto las potencias del talento dando forma estética a las ideas concebidas es cumplir con trabajo y esfuerzo el mandato divino y por ende un acto moral. Esto se confirma en la historia de la humanidad, pues el artista cuando realiza una obra maestra, no solo da vida a su obra, sino que por medio de ella en cierto modo descubre también su propia personalidad 9.

El artista habla por sus obras. Por lograda que sea la obra debe entenderse que es fruto de una encuentro travieso bajo tierra del fuego soledad, de un recogimiento interior. Resultado de un estado colector de los ingredientes de la vida propia, de la convivencia humana y del mundo. Poner en obra esos ingredientes es parte del cumplimiento evangélico de fructificar los talentos. Es tarea sobrenatural expresar el mundo de lo inefable. En soledad. Estos pensamientos conducen con fuerza a participar con San Alberto Magno en la relación entre lo Bueno y lo Bello.

A este respecto Platón escribe: la potencia del Bien se ha refugiado en la naturaleza de lo Bueno. Recordando que Dios es el Supremo Artista. Y el artista se asemeja al creador en tanto elabora una nueva realidad con un sentido, un soplo y una espiritualidad propia.

Viene del Génesis; Dios creó las cosas y dejó que el encuentro travieso bajo tierra del fuego les pusiera nombre. Ambiciosa faena el regalo divino de crear Belleza. El arte es autónomo no necesita prótesis de justificación. Se explica por sí y cualquier intrusión produce alerta y desconfianza. La Atemporalidad es sostén de su autonomía.

Las formas que en la materia sostienen la Belleza no dependen de circunstancias de tiempo ni épocas para ofrecerse a la contemplación. Puede decirse que Autonomía y Atemporalidad son dos caras de una misma moneda. El ser nace con el regalo de sus potencias y su desarrollo es ponerlas en acto.

El artista debe cumplir su destino por sobre y a pesar de lo que lo rodea. Puede y necesita valerse del mundo pero no someterse al mismo. Ser en lo encuentro travieso bajo tierra del fuego irreductible a sus influencias.

Como lo recuerda Kipling en su famoso poema estar alerta al gran impostor: el éxito y el fracaso. Es un valor absoluto y eterno superador de épocas, anacrónica; atemporalidad que preserva su autonomía. Existe la tendencia originada en el positivismo y el materialismo de explicar y entender racionalmente todo.

Víctimas de la pereza, o de la envidia, las medianías carentes de coraje para las grandes empresas prefieren ignorar que todos los seres humanos con sus diferencias de grado pueden cumplir con dignidad su destino. Las fijaciones tenaces de la cultura media llena con lugares comunes las cabezas vacías.

Van Gogh es tema por la oreja que se cortó en un episodio de extravío mental, pero no interesa su obra luminosa. Sin embargo se lo prefiere conocer por las debilidades de su vida social como cualquier ser humano. Igual con Poe y sus excesos; Lope de Vega y su vanidad; a nuestro gran pintor Miguel Carlos Victorica por desvíos por los que sufrió dolores y angustias.

La obra de arte no es un traje a medida para cada época. Los halagos y miserias que rodean al artista, son cantos de sirena, solo superables por la indiferencia. En nuestros días Xavier Zubiri aludiendo a esta cuestión denunció a esta época como en un proceso de desfundamentación. Por lo que es necesario para la salud de alma recordar el verso de Quevedo:. La buena pintura va unida a la distinción de su origen y a la claridad de la intención final del artista, sin importar épocas ni oportunismos.

San Juan Pablo II definió al arte como la relación ontológica entre el hombre y su pueblo. Las pertenencias culturales, existenciales que son los ingredientes de la propia vida, de su vinculación con el mundo, se enriquecen e impregnan con la realidad. Hölderlin 14, No recuerdo si fue Unamuno quien afirmó que lo original reside en el origen. Todo esto no olvidando que se presupone que la Belleza reside en la armonía de las formas.

En todas las manifestaciones del pueblo se evidencian los colores, las voces, los aromas que a través de los siglos impregnan las conductas. Las relacionadas con el arte, y que es el objeto de estas reflexiones. El lieder, canción popular como fuente de Beethoven y Schubert. La fuente folklórica del lieder es causa de la expresión nacionalista en Schubert y Schumann. Los sonidos pampeanos, lejanos metafísicos, diferentes de los del altiplano. Quien les habla carece de la erudición de quienes podrían ahondar esta cuestión.

El Quijote es inconcebible en otro lugar que la estepa castellana; como Wagner fuera de Alemania. Shakespeare, Dickens, Chesterton, en Inglaterra. Boudelaire en los boulevards de París.

Genios florecidos en un origen. Elemental repaso enunciativo que nos confirma que los artistas son los epígonos de un pueblo, una nación. Una universalidad, elevada desde una particularidad. Ortega y Gasset al referirse a las características predominantes en el hombre argentino que el trató, lo relaciona con el paisaje pampeano.

Paisaje que describe como que comienza por el horizonte, con ausencia de elementos propios. Tal vez sea un tanto remoto este ejemplo pero la analogía contribuye a la comprensión del asunto. Podríamos referirnos a la riqueza cultural de nuestra geografía que ocuparía una extensión alejada del tema central de estas reflexiones.

Observación que realicemos de un autor nos conmueve lo universal del drama artístico incubado a través de la particular motivación de su origen. La globalización cultural que padecemos nos lleva a compartir la alarma de Claude Levi Strauss en cuanto a que es fundamental para la civilización preservar las costumbres y la riqueza de las culturas particulares.

Se trata del acceso de lo particular a lo universal. De Lieder a Schubert, de la emoción patriótica a Chopin; de la pequeñas y grandes cosas de Londres a Dickens y Chesterton; del mar a Conrad.

Recordemos a nuestro canto nacional. Conmueven estos versos a todo argentino, por el sentimiento profundo de dolor y lejanía de una nostalgia anticipada. Pienso que la labor consiste en desbrozar con paciencia apartando lo que impide la claridad. Hacer visible lo invisible aquello que otorga a nuestra inteligencia y corazón categoría para el recuerdo. Una verdad estable y en reposo exige esfuerzo continuo de tensión interior.

Dar a las cosas un nuevo nombre, un sonido distinto personal. Una altivez para ver lo ordinario en forma extraordinaria. Hacer que lo físico de las cosas por persistir en verlas, adquiera una presencia inefable que demande en el espectador condiciones de acostumbrada disposición para apreciar, que solo se adquiere con la percepción metafísica de lo que nos rodea.

Con pudor.


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